domingo, 14 de diciembre de 2014

3 kg de llobarro invernal

Salida habitual con los compañeros del Grao, José e Iván, aunque en esta ocasión, en lugar del Viernes, fue aplazada al Sábado por el tiempo.


Llegamos bastante temprano, así que aproveché las horas hasta la puesta del Sol para probar diferentes montajes, estrenar hilos y enganches de cara a la temporada que viene.
También aproveché para reencontrarme con la Tournament Caster 33 original, solo lancé un par de veces y la dejé porque me cargaba la espalda, tampoco estaba consiguiendo ninguna distancia fantástica, sigue sin parecerme mágica, si que es progresiva y potente pero no regala nada.

En fin, al lío que la cosa fue bastante bien.

Llevaban un par de horas las cañas en el agua, una con cangrejo a la dorada y otra con sepia al llobarro, el mar no estaba perfecto ni para uno ni para el otro, así que probé por si sonaba la flauta con la puesta del Sol, que empezaba a caer...

Y vaya si sonó... picadón bestial a la sepia, que detectó José, en el momento que miré la caña estaba pegando cabezazos...

Me estaba liando un cigarro y, en ese momento, con cualquier picada normal me hubiera esperado a terminarlo o le hubiera pedido a José que lo sacara él... pero no con esa picada...
Sale el tabaco volando y arranco a correr hacia la caña con las pulsaciones a mil y la adrelanina a tope, acojonado porque llevo un montaje fino y el plomo de araña estará bien clavado en la arena...

Llego, cojo la caña, cierro el carrete, tenso y abro la araña, clavo... ahí está!!! recojo 4 vueltas y tira... le abro un poco el carrete y empiezo a recuperar... se viene...
Ahí me entran las dudas, ¿tantos cabezazos a la caña y no me pelea más? o no es tan grande como me pensaba o va bien tragada...
Finalmente llegando a la orilla pega un salto y la veo... es grande!!! me vuelven a subir las pulsaciones a mil y les pregunto a gritos a los compañeros si han visto el salto.

Ya en el escalón de la orilla me hizo un amago de falcarse con las agallas, la podía coger pero me hubiera mojado hasta los tobillos, así que con la siguiente ola le estiré con ganas (hasta abrir el anzuelo) y me la acerqué lo máximo que pude sin partir la cameta... me lancé a por ella al retirarse la ola y la cogí con las agallas... por fin!!!


2,900 y pico pesó, de momento, la mejor pieza de la temporada.


Después del subidón, me apresuré a lanzar de nuevo la caña al mismo sitio, por si andaba su pareja, además Iván montó otra caña por si acaso.

Un par de picadas mientras se hacía de noche nos hizo sospechar que fueran sargos, así que José se puso a buscarlos.
No habría pasado ni una hora del llobarro cuando sacó el primero, pero no era muy grande, para más inri, teniendo langostino, tita de palangre y sepia a su disposición, va y le entra al cangrejo...

Pasaron un par de horas sin rastro de nada que no fueran sarguetes, así que paramos a cenar.
Inciso aquí para José, que se lo curró y nos preparó la cena ;)


Tras cenar se levantó aire frío y se empezó a picar un poco el agua... no lo hicimos muy largo.

Sobre las diez tuve una picada que resultó ser un sargo de 250 gr (también le entró al cangrejo...) que puso el broche a la jornada, pues no tardamos en recoger.


Espero que no sea la pieza de fin de temporada, pero si lo fuera me doy por satisfecho, además de pasarlo bien con buena compañía, no se puede pedir más... tal vez menos frío ;P

2 comentarios:

  1. Buena jornadita si señor!! Enhorabuena por ese llobarro!
    Si es que no hay nada mejor que el cangrejo y la sepia jeje pueden ser porreros pero.... jejejeje
    Un saludo desde la ciudad condal!!

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  2. gracias!! a estas fechas los gusanos tienen las de perder jejeje

    un abrazo ;)

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