lunes, 27 de abril de 2015

Poker de doradas

Salida a surfkayak con Javixi y sus hermanos, en mi caso, no es la primera vez que practico esta modalidad, pero sí la primera vez buscando doradas en serio.


Afortunadamente para mi ha sido un éxito, una jornada extenuante pero gratificante a más no poder.

La jornada empezó con un madrugón importante, Alejandro me despertaba a las 3:00 de la mañana para contarme como le había ido la jornada, así que como tenía el despertador programado a las 4:00 aproveché para levantarme y desayunar sin prisas.

A las 5:30 estaba al sitio y Javixi esperándome, fuimos a por sus hermanos y nos tomamos un café antes de empezar la jornada.

Ya en mi puesto, con el Sol asomando, un frío y una humedad considerables, me metí en el vadeador y a remar como un valiente, tuve suerte de no mojarme (el mar estaba como un plato) y metí los cebos.

No se hicieron esperar mucho, ya con el Sol fuera, Piti sacó la primera de 2,5 kg.


Tras una picada fallida a Javixi llegó la mía.
Ligera destensada que apenas se notaba, pero como había movimiento decidí comprobar la caña... clavé y llevaba peso... peleó bastante dentro y se pegó una carrera hacia la orilla... yo recogía a toda leche pensando que la había perdido...
Y al llegar el plomo la veo detrás de ola... se vuelve loca y empiezan los cabezazos... un par de consejos de Javixi para sacarla con el 30 directo y pepa para fuera... que gustazo!! a la primera!!!


Un kilo y medio marcó la báscula.

Al instante apareció un palangrero (como no, parece que nos huelen...) y nos plantó su aparejo encima de nuestros cebos.... tuvimos que pescar más cerca para no engancharlo y dejamos de dar con las doradas...

Tras el almuerzo estábamos bastante desanimados por el tema del palangre y llevar un par de horas sin tocar nada, pero cambió el viento y con ello las condiciones del agua... el mar se quedó espectacular.
Eso sí, costaba el doble meter los cebos...

Y ahí empezó lo bueno, Piti repetía otra dorada por encima de los 2 kg y como no, al mirar mis cañas tenía una ligeramente destensada.


Resultado otra peleona de kilo y medio con la que también disfruté mucho.

Nos acercamos a mediodía y por nuestro lado no había mucha actividad, mientras Piti sacaba otra de 1,8 kg, así que Javixi movió sus cañas hacia allí y me dejó solo jejeje

Justo antes de comer decidí reponer mis cebos porque ya llevaba más de 2 horas sin revisar las cañas, aún no había vuelto a la orilla y los compañeros me hacían gestos porque tenía la caña picada.


Así que corriendo a la orilla y de nuevo otra dorada de kilo y medio... no me dejó ni secarme jejeje

Mientras yo volvía a meter las líneas con Piti guiándome, Javixi y Bollo se fueron a por la comida.

Estábamos comentando la jugada de como la recelosa de mi dorada no había ni dejado tocar el cebo el fondo cuando destensó una caña y Piti sacó su última dorada de 1,8 kg.

Y mientras tanto se destensó una caña de Javixi... como no estaba la sacó Piti y mientras la traía no sabía que llevaba... le parecía extraño... finalmente al llegar a la orilla lo veo... 2 pepas!!! 2 pepas clavadas en la misma cameta!!!! increíble... no creo que vuelva a verlo nunca...
Por desgracia en el escalón de la orilla se soltó una... la hermana no llegó a los 2 kg por poco.

Nos pusimos a comer y el tema durante la comida fue lo extraño que nos parecía que Bollo no hubiera tocado ninguna, pescando con el mismo aparejo, cebo y distancia que nosotros.

Y tras comer se vengó... y vaya si se vengó...


Pepona XXL... la más larga y cabezona que he visto en directo... por desgracia estaba famélica (como todas las que salieron) y no llegó a los 3,5 kg en la báscula, pero vaya pieza... si la sacamos en Otoño hubiera estado entre 4 y 5 kg.
De hecho con esta se retiró invicto jejeje pues descansó hasta que nos fuimos.

A partir de ahí fue el turno de Javixi, que sacó un par de doradas de 2 kg.

Entremedias de las suyas saqué mi última pepa, que también pesó 2 kg.


Ya empezaba a caer el Sol y, pese a tener ganar de insistir un poco más, nos quedaba poco cebo y ya teníamos cubierta la cuota máxima permitida por persona, así que decidimos dar por finalizada la jornada.


Que decir... un gustazo, me lo pasé bomba, volví a casa exhausto pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Un placer compartir la jornada con los hermanos, nos reímos, pescamos y aprendí mucho sobre esta técnica... un 10 para ellos.


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